La microbioterapia puede ser entendida como el uso y aplicación de los suplementos que tienen como base a los microorganismos, tanto en sus versiones vivas como inanimadas.
Hoy, en adelantándome al futuro, aclaro los aspectos subyacentes tras esa definición. Empecemos.
¿Qué aspectos debo tener en cuenta al hablar de microbioterapia?
En primer lugar, cabe destacar que el concepto de microbioterapia no cuenta con un consenso científico a sus espaldas en lo que a sus características se refiere, si bien es cierto que ha habido una asociación histórica de este, hacia los probióticos, dejando al margen otro tipo de suplementos, tanto con cepas vivas como inanimadas.
Por tanto, debemos hacer un repaso a las principales características expuestas en nuestros apartados de prebióticos, simbióticos y posbióticos, con fin de ampliar la conceptualización de este nuevo ámbito de especialización y sentar las bases del trabajo diario de esta figura: la de los expertos en microbioterapia.
Aprendizaje del apartado de probióticos adaptado a esta disciplina
Varios son los puntos de interés relacionados con los probióticos, aunque destacaremos tres de ellos:
- Tiene que tratarse, en todos los casos, de microorganismos vivos.
- Este tipo de suplementos debe asociarse a unas cantidades adecuadas, tanto en la formulación, como en la toma por parte de los individuos.
- Y, finalmente, debe existir un respaldo de la ciencia sobre los beneficios inherentes al uso de los mismos.
Por todo ello, un especialista en microbioterapia deberá conocer en profundidad los estudios científicos que avalen la utilización de estas sustancias, así como su modo de empleo y protocolos.
¿Sólo los probióticos deben formar parte de la microbioterapia?
Pues yo, por muchos motivos, creo que no.
En primer lugar, porque si vinculamos los beneficios de esta práctica a los microorganismos vivos, ya sea en lo referente a especies o cepas, los simbióticos también los contienen.
Cabe recordar aquí que encontrábamos dos tipos de simbióticos, los sinérgicos y los complementarios.
En los simbióticos sinérgicos se selecciona el sustrato prebiótico para que sea utilizado por los microorganismos del propio preparado, mientras que en el caso de los simbióticos complementarios, la parte probiótica y la parte prebiótica de los mismos, cumplen funciones diferentes, por así decirlo.
Para que nos entendamos, en un simbiótico sinérgico, se añaden bacterias vivas y alimento para las mismas, mientras que en el caso de los complementarios, las bacterias por un lado, y el alimento para microorganismos, por otro, cumplirán distintas funciones en el organismo del ser humano.
Por tanto, los asesores de microbioterapia deberían tener también en cuenta a este tipo de suplementos.
¿Qué pasa con los posbióticos?
Pues más de lo mismo, si bien, en este caso, los microorganismos no estarán vivos, pero habrán sido inanimados a sabiendas de los beneficios que pueden ofrecer.
Recordemos que en este caso hablamos de “una preparación de microorganismos inanimados y/o sus componentes que confiere un beneficio para la salud del huésped”.
Como en el resto de suplementos, los beneficios deben estar avalados por la ciencia y las preparaciones deben ser específicas para la búsqueda de un objetivo concreto para el huésped, en nuestro caso, el ser humano.
Y ahí radica la clave. Si lo que buscamos son beneficios para el ser humano a partir de compuestos que tienen como elemento clave a los microorganismos, ¿por qué vincularlos exclusivamente a los probióticos?
Pero vamos un paso más allá. ¿Puede la fibra, en este caso los MACs (carbohidratos accesibles a la microbiota), ser parte de la microbioterapia? Analicémoslo.
Los prebióticos en la microbioterapia
Hasta ahora hemos visto en todas preparaciones un nexo común, la existencia de microorganismos o partes de los mismos, en ellas.
Ahora bien, si de nuevo nos enfocamos en los beneficios para el huésped y atendiendo a la definición de consenso acerca de los prebióticos, parece lógico pensar que estos suplementos también puedan estar bajo el paraguas de la microbioterapia, sobre todo porque tienen la capacidad de modular la microbiota.
Recordemos dicha definición: “son ingredientes alimentarios no digeribles que afectan de forma beneficiosa al huésped al estimular selectivamente el crecimiento y/o la actividad de una o un número limitado de especies bacterianas que ya residen en el colon y, por tanto, intentan mejorar la salud del huésped».
Por todo ello, considero que tanto los probióticos, como los simbióticos, posbióticos y prebióticos formarán parte de esta práctica.
Pero todavía hay algunos aspectos que quiero destacar.
Otras características a tener en cuenta por un experto en microbioterapia
Este tipo de profesionales, que pueden tener especial relevancia en un futuro cercano, y que hoy pongo en valor, deberán no solo conocer en profundidad a nivel teórico los distintos tipos de suplementos y su base científica, sino también otros puntos clave para los usuarios como:
- Modo de empleo.
- ¿Vía oral, vía tópica, vía vaginal?
- ¿Cuántas tomas?
- ¿Durante cuánto tiempo se alarga el protocolo?
- ¿Pueden combinarse varios tipos?
- Conservación
- Temperaturas óptimas.
- Humedad.
- Etc.
- Precauciones a tomar y efectos secundarios
- Recordemos que como han destacado algunos estudios, el mal uso de este tipo de suplementos puede traer efectos adversos a nivel metabólico, sobre la integridad de la barrera intestinal o generar resistencia a antibióticos e infecciones.
- Además, hay grupos de riesgo en los que, probablemente, no estén indicados estos tipos de sustancias como: personas con sistemas inmunes debilitados, pacientes con valvulopatía cardíaca, bebés prematuros, individuos con catéteres venosos centrales o pacientes con síndrome de intestino corto, por ejemplo.
Por todo ello, el papel de este tipo de especialistas es mucho más profundo de lo que pudiera pensarse en un principio.
¿En qué me puede ayudar un experto en microbioterapia?
Entiendo que múltiples son las posibilidades que se abren para este tipo de profesionales.
Por ejemplo, imagino a los gerentes de una clínica dental adentrándose en el mundo de la microbiota oral y descubriendo el potencial beneficioso de los probióticos para sus pacientes. No obstante, por falta de formación o tiempo, podrían preferir contratar a un especialista en microbioterapia para que les asesore sobre los tipos, usos y beneficios en distintas patologías.
Pero lo mismo podría pasar a nivel gastrointestinal o vaginal, por ejemplo, donde expertos de estas ramas precisen de los conocimientos más recientes, para proporcionar tratamientos de calidad a sus pacientes.
Incluso imagino a este tipo de expertos asesorando a asociaciones y fundaciones centrados en patologías específicas sobre la actualidad del sector de la microbioterapia y los beneficios potenciales del uso de este tipo de preparados.
Y, por qué no, divulgando.
Aplicaciones en otros ámbitos como la ganadería
Como curiosidad, cabe destacar finalmente que este tipo de profesionales también podría tener un impacto relevante en la industria ganadera, donde se está buscando sustituir el uso de antibióticos a través de potenciar estos de compuestos.
Sin duda, un campo que evolucionará mucho en los próximos años.
Y no sólo en la ganadería, sino en toda la industria de la alimentación en general. Optimizar la producción animal y vegetal a través de la alimentación y el uso de aditivos alimentarios como los prebióticos y probióticos se vislumbra como una opción de futuro, que además aporta soluciones de sostenibilidad.
Todo ello, apoyado por los conocimientos relativos al hologenoma y la teoría de la evolución hologenómica, conceptos que desgrano en un reciente artículo que te recomiendo visitar.
¿Está buscando un especialista en microbioterapia?
Si después de leer este artículo entiendes que la figura de un asesor en microbioterapia puede serte de utilidad, contáctame. Estaré encantado de ayudarte.
Bibliografía
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