Los psicobióticos son un tipo de probióticos específicos que actúan sobre el eje intestino-cerebro.
Su impacto se asocia a neurotransmisores como el GABA o la serotonina y pueden tener efecto a nivel emocional y cognitivo.
Pasemos a conocer en profundidad las características de este suplemento.
2013, el año en el que se acuñó el término psicobiótico
El investigador Timothy G. Dinan fue el primero en conceptuar a los psicobióticos en su artículo titulado “Psychobiotics: a novel class of psychotropic”.
Así, Dinan definía un psicobiótico como “un organismo vivo que, cuando se ingiere en cantidades adecuadas, produce un beneficio para la salud en pacientes que padecen enfermedades psiquiátricas”.
Defendía este autor que las bacterias intestinales eran capaces de producir neurotransmisores como la serotonina o el GABA, los cuáles actuaban directamente sobre el eje cerebro-intestino, mediados por el nervio vago, la médula espinal o los sistemas neuroendocrinos, hechos que se han confirmado con el paso de los años.
Ya por aquel entonces, hace casi diez años, se habían llevado a cabo algunos estudios sobre el impacto positivo de Bifidobacterium infantis en pacientes con síndrome del intestino irritable en el ámbito psiquiátrico, encontrándose beneficios asociados a uso de probióticos que contenían esa especie.
El eje microbiota-intestino-cerebro, clave en los psicobióticos
Como indicábamos, el potencial impacto de un psicobiotico reside, sobre todo, en la capacidad de la microbiota de generar sustancias que favorecen al huésped, en este caso, en aspectos relacionados con la salud mental/cerebral.
Pero lo cierto es que si no existiera una relación directa entre esas bacterias, el lugar de producción de las sustancias y el cerebro, este trabajo caería en saco roto.
Por ello, la clave reside en la comunicación bidireccional entre intestino y cerebro o cerebro-microbiota, que, como como ya vimos en nuestro apartado de microbiota intestinal, se da a través de diferentes vías como el sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso entérico, la señalización enteroendocrina o la generación y secreción de neurotransmisores.
Esto permite que los beneficios para la salud de las bacterias y sus metabolitos sean reales.
¿Pueden ser los prebióticos también psicobióticos?
Algunos años después de acuñarse el concepto, diversos autores propusieron ampliar la definición de psicobioticos a “cualquier influencia exógena cuyo efecto sobre el cerebro esté mediado por bacterias, como por ejemplo por parte de los prebióticos”.
No obstante, dada la dificultad de inferir el impacto sobre el eje microbiota-intestino-cerebro de los prebióticos, en la actualidad los psicobióticos siguen ligados, únicamente, a los probióticos.
Efectos psicofisiológicos de los psicobióticos
Tres son los grandes grupos en los que se dividen los efectos psicofisiológicos de estos suplementos:
- Efectos psicológicos sobre los procesos emocionales y cognitivos.
- Efectos sistémicos sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal y la respuesta al estrés y la inflamación.
- Modulación del impacto de las citoquinas proinflamatorias, fuertemente vinculadas a condiciones psiquiátricas como la depresión, según diversos estudios.
- Efectos neurales sobre neurotransmisores y proteínas.
- Ya hemos citado al GABA y la serotonina, pero también encontramos aquí al glutamato (no confundir con el potenciador del sabor denominado glutamato monosódico). Además, podemos incluir al BDNF, una neurotrofina que juega un papel crucial en los procesos de aprendizaje y memoria y que se ha demostrado en estudios que se reduce en procesos de ansiedad y depresión.
Patologías en las que la ciencia avala el uso de psicobióticos
A lo largo de la última década, diversos estudios han verificado la eficacia de los psicobioticos en el tratamiento de trastornos neurodegenerativos y del neurodesarrollo, incluidos:
- Trastorno del espectro autista
- Enfermedad de Parkinson
- Enfermedad de Alzheimer
- Ansiedad
- Depresión
Características principales de este tipo de probióticos
En primer lugar, es importante señalar que todos los psicobióticos son probióticos, pero no todos los probióticos son psicobióticos, es decir, de nuevo en la especificidad de especie y/o cepa, avalada por la ciencia, residirá el potencial de mejora de un psicobiótico.
Como ya hemos visto, los psicobioticos se diferencian de los probióticos convencionales en su capacidad para producir o estimular la producción de neurotransmisores, pero además, también potencia la producción de ácidos grasos de cadena corta, hormonas enteroendocrinas y citocinas antiinflamatorias.
¿Qué bacterias son las más utilizadas en este tipo de suplementos?
Las “bacterias psicobióticas” más comunes pertenecen a las siguientes familias:
- Lactobacillaceae
- Streptococcaceae
- Bifidobacteriaceae
- Enterobacteriaceae
- Enterococcaceae
A nivel de especie, Lactobacillus plantarum, Lactobacillus helveticus y Bifidobacterium longum son las que mayor potencial psicobiótico han demostrado hasta la fecha.
Nuevamente hay que hacer referencia a la importancia de que la ciencia debe avalar las propiedades de cualquier psicobiótico, atendiendo a las características de su formulación.
¿Puede la alimentación ser psicobiótica?
Una línea de investigación muy interesante en el ámbito de los psicobióticos es el potencial de los alimentos y bebidas, sobre todo fermentados, de ser coadyuvantes a los beneficios para el ser humano citados a lo largo de este artículo.
Algunos estudios han demostrado que la fermentación de alimentos y bebidas por cepas probióticas tienen la capacidad de influir en la salud del cerebro con la producción de neurotransmisores, la activación directa de vías neurales entre el intestino y el cerebro, la modulación de sustancias químicas neurotróficas o por la producción de sustancias analgésicas. En síntesis, efectos similares a los de las formulaciones psicobióticas en forma de suplemento.
Tres son los tipos de alimentos y bebidas estudiados con más profusión. Pasamos a analizarlos.
Productos lácteos
La leche fermentada y otros preparados lácteos fermentados han sido el eje de este tipo de investigaciones.
En este sentido, especies y cepas como Lactobacillus helveticus o Lactobacillus casei Shirota han mostrado efectos positivos para el individuo.
Otros investigadores han prospectado la posibilidad de adicionar probióticos con potencial psicobiótico a la leche fermentada como Bifidobacterium animalis subsp lactis, Streptococcus thermophilus, Lactobacillus bulgaricus y Lactococcus lactis subsp lactis, encontrando también potenciales beneficios.
Incluso se han llegado a generar suplementos lácteos probióticos que contenían Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei, Bifidobacterium bifidum y Lactobacillus fermentum con conclusiones positivas.
Además, el kéfir y el yogur también han sido estudiados, aunque en menor medida.
Derivados de la soja
En lo referente a la soja, se han prospectado los beneficios de la leche a base de soja fermentada por Lactobacillus brevis FPA 3709 y enriquecida en GABA, la cual mostró en ratones tener un efecto antidepresivo similar al de la fluoxetina (un fármaco antidepresivo común).
Otros fermentados
Otros productos como el salvado de arroz fermentado por Saccharomyces cerevisiae IFO 2346 o la Laminaria japonica (más conocida en nuestro país como alga Kombu) fermentada, también han sido objeto de ensayos clínicos con resultados alentadores.
Interrogantes aún por resolver
A pesar de todos los beneficios mostrados en numerosos estudios sobre los psicobióticos, lo cierto es que aún hay muchas incógnitas por dilucidar sobre los efectos a medio y largo plazo, las dosis adecuadas, las adaptaciones cerebrales que se puedan producir, etc.
Habrá que estar muy atentos a las novedades en este campo en los próximos años.
Conclusiones
El campo de los psicobióticos es aun muy nuevo. Recordemos que hace apenas 9 años se generó el concepto como tal.
Si bien podemos indicar que existen potenciales beneficios de su uso y que, incluso, la alimentación puede cumplir cierto papel psicobiótico, lo cierto es que todavía estamos lejos de conocer el alcance real de este tipo de sustancias en el organismo.
No obstante, el simple hecho de saber que la microbiota cumple funciones tan relevantes en la generación de neurotransmisores y otras sustancias relacionadas con una buena salud cognitiva y mental, debe hacernos potenciar el correcto equilibrio de la misma, es decir, la eubiosis.
Estamos viviendo una época muy complicada a nivel psicológico y mental, en la que los casos de ansiedad, depresión y otros trastornos asociados crecen de manera exponencial. Siendo así, los psicobióticos pueden ser de gran ayuda, pero cuidarnos a nivel sistémico lo será aún más.
Dudas más habituales sobre los psicobióticos
¿Qué son los psicobióticos?
Los psicobióticos son una gama de probióticos que actúan sobre el eje intestino-cerebro y producen efectos positivos en el ser humano.
¿Cómo actúan los psicobioticos en el cerebro?
El impacto de los psicobióticos en el cerebro se da tanto a nivel emocional como cognitivo, mediado en gran parte por los neurotransmisores secretados por la microbiota intestinal.
¿Qué son los alimentos psicobióticos?
Investigaciones recientes se han centrado en encontrar alimentos que puedan generar beneficios similares a los ofrecidos por los psicobióticos, destacando los lácteos fermentados y las bebidas de soja fermentada.
¿Qué probiótico tomar para la depresión?
Si bien todos los psicobióticos son probióticos, no ocurre lo mismo al revés, es decir, que todos los probióticos no tendrán efectos positivos para el entorno cerebral y cognitivo. Por tanto hay que buscar uno avalado por la ciencia, en este caso, para la depresión y, preferentemente, asesorado por un profesional en la materia.
Bibliografía
- Cheng LH, Liu YW, Wu CC, Wang S, Tsai YC. Psychobiotics in mental health, neurodegenerative and neurodevelopmental disorders. J Food Drug Anal. 2019 Jul;27(3):632-648. doi: 10.1016/j.jfda.2019.01.002. Epub 2019 Feb 10. PMID: 31324280.
- Del Toro-Barbosa M, Hurtado-Romero A, Garcia-Amezquita LE, García-Cayuela T. Psychobiotics: Mechanisms of Action, Evaluation Methods and Effectiveness in Applications with Food Products. Nutrients. 2020 Dec 19;12(12):3896. doi: 10.3390/nu12123896. PMID: 33352789; PMCID: PMC7767237.
- Dinan TG, Stanton C, Cryan JF. Psychobiotics: a novel class of psychotropic. Biol Psychiatry. 2013 Nov 15;74(10):720-6. doi: 10.1016/j.biopsych.2013.05.001. Epub 2013 Jun 10. PMID: 23759244.
- Sarkar A, Lehto SM, Harty S, Dinan TG, Cryan JF, Burnet PWJ. Psychobiotics and the Manipulation of Bacteria-Gut-Brain Signals. Trends Neurosci. 2016 Nov;39(11):763-781. doi: 10.1016/j.tins.2016.09.002. Epub 2016 Oct 25. PMID: 27793434; PMCID: PMC5102282.
- Sharma R, Gupta D, Mehrotra R, Mago P. Psychobiotics: The Next-Generation Probiotics for the Brain. Curr Microbiol. 2021 Feb;78(2):449-463. doi: 10.1007/s00284-020-02289-5. Epub 2021 Jan 4. PMID: 33394083.
- Tremblay A, Lingrand L, Maillard M, Feuz B, Tompkins TA. The effects of psychobiotics on the microbiota-gut-brain axis in early-life stress and neuropsychiatric disorders. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2021 Mar 8;105:110142. doi: 10.1016/j.pnpbp.2020.110142. Epub 2020 Oct 15. PMID: 33069817.