Cuando escuchamos la palabra hipotiroidismo, tendemos a pensar erróneamente en un problema que afecta únicamente a la glándula tiroides, pero esto va mucho más allá.
Hablamos de una patología de carácter sistémico que impacta, según algunas estimaciones, al 9,9% de la población.
Asimismo, el hipotiroidismo de tipo autoinmune (más conocido como hipotiroidismo de Hashimoto), se estima que puede afectar a más del 50% de los casos a escala mundial y a un 90% de los mismos en las zonas con suficiente consumo de yodo.
Asimismo, en el apartado sociodemográfico destaca, sin duda, que la proporción de impacto de este tipo de problemáticas es de 20 a 1 a favor de la mujer.
¿Qué desencadena este tipo de patología? Pasamos a verlo.
Factores de aparición del hipotiroidismo, en especial Hashimoto
Numerosos son los factores desencadenantes, los cuales confluyen en muchas ocasiones. Podemos destacar:
- Inflamación sistémica
- Factores genéticos
- Disrupción circadiana
- Aumento de la permeabilidad intestinal
- Déficits nutricionales en micronutrientes
- Desequilibrios hormonales
- Estrés crónico
- Sobrecarga hepática
- Disruptores endocrinos
- Disbiosis intestinal y sobrecrecimiento de patógenos
Y todo ello suele reflejarse en la sintomatología propia de la mayoría de los pacientes. Veamos de qué se trata.
Síntomas habituales en hipotiroidismo
Como síntomas habituales encontramos:
- Sensibilidad al frío aumentada
- Pérdida de cabello
- Piel seca
- Exceso de fatiga y somnolencia
- Mala concentración y memoria
- Estreñimiento
- Aumento de peso
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares y articulares
- Retención de líquidos
- Bajada de libido
Como podemos observar, una disparidad de efectos en el cuerpo derivados de la importancia de la glándula tiroides en una gran cantidad de funciones, como veremos posteriormente.
Vamos pues a intentar entender todo lo que ocurre en el organismo en esta patología. Comencemos por las bases fisiológicas del funcionamiento del eje tiroideo para entender a qué me refiero.
Funcionamiento normal del eje tiroideo
La fisiología de la glándula tiroides está regulada por el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides.
El hipotálamo, situado en el cerebro, envía TRH (hormona liberadora de tirotropina) a la hipófisis (situada también en el cerebro, en este caso en la base) y esta envía la tirotropina al tiroides, que generará las hormonas T3 y T4 para inhibir el envío de TRH cuando los valores sean los óptimos.
El lugar central de este proceso es la unidad funcional del tiroides, el folículo tiroideo, el cual realiza su trabajo siendo dependiente del sodio y el potasio, pero sobre todo al yodo, por lo que el equilibrio de estos nutrientes es fundamental (aunque como veremos posteriormente no son los únicos micronutrientes importantes en este ámbito).
Las hormonas tiroideas
T3 y T4
La unión de una molécula de monoyodotirosina y diyodotirosina darán como resultado la T3, la triyodotironina.
Por su parte, la unión de 2 moléculas de diyodotirosina darán lugar a la T4, la tetrayodotironina.
Ambas son las hormonas más relevantes. Sin embargo no son las únicas.
rT3
Hay una tercera hormona que es la T3 reversa (rT3), la cual no tiene actividad metabólica, pero no significa que no sea importante. De hecho, las concentraciones de rT3 se elevan en algunas enfermedades, aunque se da sobre todo cuando existe un hipotiroidismo autoinmune con una sobreactivación del sistema inmunitario.
¿Cómo circulan las hormonas tiroideas por la sangre?
A través de las TBG (globulina fijadora de tirosina), que es una proteína transportadora que tiene una curiosidad, fija con mayor fuerza la T4 en lugar de la T3, por ello la T3 actúa más rápidamente al desprenderse de la TBG de manera más sencilla que la T4, ya que esta última digamos que tarda más en desprenderse de su medio de transporte para poder actuar.
Además hay hormonas tiroideas que circulan sin proteína transportadora. Estas serían las que se denominan T3 y T4 libres.
En este punto podemos destacar 3 aspectos curiosos:
- En algunos casos como las enfermedades hepáticas y renales, la globulina fijadora de tirosina estará disminuida.
- Y en los casos de embarazo y/o hiperestrogenismo, la TBG estará aumentada.
- Otra curiosidad es que en los tejidos, la T4 sufre un proceso de desyodación pasando a T3, siendo esta más afín a los receptores celulares.
Funciones fisiológicas de la T3 y T4
Como indicamos anteriormente la T3 tiene mayor afinidad en los receptores celulares y menor con la TBG transportadora, lo que provocará una acción más rápida de esta.
Otro aspecto interesante es que la mitad de la hormona tiroidea T3 es liberada en 1 día mientras que la T4 tardará 6 días en ese mismo proceso.
Sea como fuere, muchísimas son las funciones en las que participa directa o indirectamente la glándula tiroides a través de sus hormonas. Podemos destacar:
- Metabolismo de los carbohidratos
- Aumentando la absorción intestinal de glucosa
- Metabolismo de los lípidos
- Favorece la lipólisis
- Aumenta los ácidos grasos en sangre
- Disminuye la concentración de colesterol hepático
- Provocan una mayor necesidad de vitaminas
- Tienen impacto a nivel cardiovascular
- Estimularán la frecuencia, fuerza y gasto cardiaco
- Sistema nervioso
- Favorece el desarrollo del sistema nervioso central
- También actúa en el sueño. En caso de bajos niveles de hormona tiroidea puede darse un déficit del sueño y en caso de exceso, cierta somnolencia.
- Muscular
- Favorece la respuesta enérgica muscular
- Mejora el metabolismo oxidativo
- Aumenta la sensibilidad a la insulina
- Arterial
- Mejora la funcionalidad arterial
- Hígado
- Aumento del reciclaje de los lípidos a nivel hepático
- Facilita la generación de glucosa
- Se disminuye la sensibilidad a la insulina para que no haya una captación aumentada de azúcares con su posterior conversión a grasa
- Nivel sexual
- Puede darse una disminución de la libido por defecto de hormona llegando a la impotencia en casos prolongados de exceso.
- En el caso de las mujeres, la carencia de hormona provoca menorragia y polimenorrea.
¿Cómo cursa el hipotiroidismo?
Paso a explicar paso a paso como cursa esta patología.
En primer lugar debemos entender que en condiciones normales, la tiroides fabrica una gran cantidad de T4 y un poco de T3 (en torno al 20%).
El problema reside en que en casos de inflamación de la glándula, la producción de t3 se detiene.
- Se estima que en el 90% de los casos cursaremos con esta inflamación por lo que este fenómeno es bastante habitual.
Necesitamos en este punto que nuestro cuerpo active la hormona T4 y en este proceso será crucial la acción del hígado, que convierte en torno al 60% de T4 a T3.
Además, otros órganos periféricos como los riñones, el corazón y la masa muscular, transformarán en torno al 20% de T4 inactiva a T3 activa.
- Importante destacar aquí que el selenio, el zinc, la B12 o el hierro serán fundamentales en este proceso.
Además de todo ello, la microbiota juega un papel muy importante en la reactivación de esa T3, por lo que nuestro estado intestinal es clave. Por eso es tan importante tener una buena salud intestinal para la correcta gestión de este proceso.
- En este sentido, el estrés, los tóxicos, la mala alimentación, etc., provocará una gran cantidad de inflamación y esta inflamación provocará que el hígado convierta la T4 en rT3 en lugar de la T3 en su forma activa, impidiendo así el correcto funcionamiento a nivel celular.
- Además, esa inflamación provoca que en los órganos periféricos también aumente la generación de rT3 y una baja T3 activa y tendrá una relación bidireccional con la tiroides que se inflamará de manera más rápida.
- A eso le podemos sumar que ese proceso inflamatorio intestinal provoca una mala absorción de nutrientes lo que redunda también en el mal funcionamiento de la activación de la T3.
En resumen, hablamos de un complejo entramado de gestión del equilibrio hormonal tiroideo en el que además de esta glándula participan:
- Hígado
- Riñones
- Corazón
- Masa muscular
- Sistema digestivo/microbiota
Por ello hablamos en hipotiroidismo de un problema sistémico, que como indicaba al inicio, va mucho más allá de un simple desequilibrio del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides.
Retraso en el diagnóstico y enfoque farmacocentrista
Uno de los grandes problemas del entorno del hipotiroidismo es que existen muchos profesionales desactualizados, que no entienden qué pasa exactamente en el organismo y únicamente usan fármacos para parchear un problema sistémico y de estilo de vida.
Por ello, una idea debe quedar patente. Si padeces hipotiroidismo y no modificas tu estilo de vida, será imposible revertir de manera importante la sintomatología, ya que los fármacos únicamente estarán parcheando los síntomas.
Veamos pues cómo debe ser ese enfoque integral de tratamiento.
¿Cómo tratar el hipotiroidismo?
Por todo lo dicho, debemos entender que los cambios en nuestro enfoque vital son esenciales para revertir los problemas asociados a esta patología.
En este sentido, debemos actuar sobre:
- Nuestra manera de alimentarnos
- Actividad física
- Ritmos circadianos
- Equilibrio de nuestra microbiota y correcto funcionamiento del sistema digestivo.
- Sistema inmune
- Exposición a los disruptores endocrinos
Y además podemos ayudarnos de estrategias como:
- Ayunos cortos
- Exposición al frío/calor
- Actividad física de alta intensidad
- Dieta cetogénica
Aspectos fundamentales de la intervención nutricional en hipotiroidismo
En líneas generales, nuestro cuerpo necesita de diferentes sustancias para poder llevar a cabo las funciones esenciales para la salud.
Pero quizá el equilibrio tiroideo será aquella que requiera de más micronutrientes. En este sentido, debemos asegurar el correcto aporte de:
- Yodo
- Selenio
- Vitaminas del grupo B
- Hierro
- Magnesio
- Vitamina D
- Zinc
- Tirosina
- Vitamina A
- Vitamina C
En este sentido, los pescados, huevos y mariscos son especialmente interesantes.
Además, otras sustancias o tipos de alimento que pueden ayudarnos son:
- Cúrcuma
- Omega 3
- Capsaicina
- Resveratrol
- Cacao
Y por el contrario queremos evitar:
- El exceso de sal
- Café (en caso de problemas gastrointestinales)
Además de todo lo dicho, el aporte de proteína será fundamental, ya que esta participa en la síntesis tiroidea y, además, tiene un impacto metabólico muy importante.
En resumen, necesitas un abordaje integral Sí o Sí
Como diría el gran Antonio Valenzuela, el tratamiento con levotiroxina puede ser discutible, pero el cambio de estilo de vida es innegociable.
Esta frase sintetiza bien lo expuesto a lo largo de este artículo.
Tanto por ser los posibles factores de riesgo y desencadenantes de la patología, así como por convertirse en la única manera de revertir los síntomas, cuidar de todos los “actores principales” del hipotiroidismo será esencial.
Por ello, debemos prestar atención tanto al apartado nutricional, como nuestro equilibrio circadiano, correcta homeostasis intestinal y microbiana, descanso, estructura musculoesquelética…
Cambia el chip y estarás más cerca de convivir de una manera mucho más amable con una patología que a día de hoy es incurable.