Desgraciadamente, cada vez son más habituales en nuestra sociedad los denominados turnos rotativos. Los hay de muchos tipos y afectan a muy diversos sectores laborales, pero todos tienen algo en común, afectan directa o indirectamente a la salud, en mayor o menor medida.
Te lo cuento todo en el artículo de hoy.
Tipos de turnos rotativos
Cuando hablamos de turnos rotativos, lo hacemos de aquellos en los que las jornadas laborales difieren entre días, semanas o incluso meses.
Algunas de las modalidades existentes son:
- 4 días trabajados y 3 libres: en los que se suelen alargar las jornadas hasta un mínimo de 10 horas.
- 5/2 o 6/2 en rotación: en este caso se van encadenando turnos de mañana, tarde y noche, bien trabajando cinco días a la semana o bien haciéndolo seis, pero en ambos casos se libran dos días al final de cada periodo.
- Turnos dobles y guardias de 12, 24 o más horas: habituales en algunos sectores como el sanitario.
- Modelo 4/4: se trabajan cuatro días y se libran otros tantos. En este tipo de modalidad, las jornadas suelen alargarse como mínimo 12 horas.
Además de ellos, aunque no deban ser estrictamente rotativos, podemos añadir a este listado, por su impacto en la salud, los trabajos esencialmente nocturnos o los turnos partidos.
¿Por qué afectan negativamente a la salud los turnos rotativos?
En síntesis, porque impactan en aspectos que modulan el correcto funcionamiento de nuestro organismo tales como los ritmos circadianos, el descanso, la secreción de hormonas o la capacidad de dedicar tiempo a la alimentación y la actividad física.
En este sentido, la ciencia no deja lugar a dudas. Numerosos estudios han abordado el impacto de este tipo de turnos y actividades laborales, especialmente las que se llevan a cabo de noche, encontrando un impacto negativo para los trabajadores en:
- Estado anímico
- Estrés
- Ansiedad
- Insatisfacción laboral
- Capacidad de trabajo
- Salud individual
- Subidas de peso
- Problemas digestivos
- Resistencia a la insulina
- Insomnio
- Somnolencia diurna
Además de ello, se impacta también en aspectos relacionados con la conciliación familiar y social.
Además, como indicaba anteriormente, los efectos de los turnos rotativos son en muchos casos directos, pero también los hay indirectos.
Podemos poner encima de la mesa aquí aspectos tan básicos en el día a día de una familia como la capacidad/incapacidad de ir a comprar o dedicar tiempo a cocinar y comer con tranquilidad, el tener tiempo para realizar nuestra actividad física preferida, controlar el estrés derivado de la dificultad de conciliar trabajo y vida familiar, no descansar suficiente…
Algunas conclusiones de estudios sobre trabajos nocturnos
En distintos sectores como el transporte y la logística, la salud o la seguridad, está a la orden del día el trabajo nocturno, con los efectos que ello conlleva.
Te presento algunas de las principales conclusiones a las que han llegado las investigaciones sobre el impacto en la salud de este tipo de empleos:
- Corta duración del sueño.
- Aumento del colesterol y los triglicéridos.
- Mayor desfase horario social.
- Asociación entre el trabajo nocturno y una alteración de la glucosa en ayunas.
- Somnolencia en el trabajo y falta de una calidad de sueño adecuada. Siendo un aspecto crítico de la seguridad de los propios trabajadores.
- Disminución del ritmo de los latidos y la respiración, indicándose que especialmente las enfermeras que trabajan a turnos estarían en riesgo.
- Disminución de la síntesis de melatonina en el embarazo con posible afectación al desarrollo fetal.
Incluso se ha prospectado el impacto en trabajos en alta mar (plataformas petrolíferas, industria del gas, pesca de altura) o de minería, alejados de las grandes ciudades, detectándose comportamientos y resultados de salud deficientes como problemas para dormir, tabaquismo y consumo de alcohol aumentados y altas tasas de sobrepeso/obesidad.
Reflexiones finales
El vínculo entre los cambios horarios provocados por el trabajo y la salud obedece, sobre todo, al impacto en los ritmos circadianos y los mecanismos moleculares que los modulan.
Todo lo concerniente a ello es tan importante para los seres humanos, que en el año 2017, Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por sus hallazgos en este campo, que hoy en día conocemos como cronobiología.
Obviamente, entiendo que el papel lo aguanta todo. Es fácil indicar que no es saludable trabajar a turnos o haciendo noches constantemente, pero los obstáculos vitales muchas veces nos abocan a ello.
No trato con este texto de sentar cátedra sobre como hay que afrontar la vida laboral, sino generar, al menos, debate y reflexión acerca de la importancia que nuestra forma de trabajar tiene para la salud a corto y largo plazo.
Son pocos los que pueden elegir el enfoque horario de su actividad. Y si no hay posibilidad de cambio, habrá que amoldarse. Pero al menos, en los casos en los que hay un claro impacto negativo en la salud, deberíamos ser remunerados por ello. Y no podremos lograrlo como sociedad sin un conocimiento a gran escala sobre lo que ocurre en nuestro organismo en ese tipo de actividades.
Obviamente, no es equiparable un turno partido a un turno rotativo mañana/tarde/noche, las guardias de manera habitual o un trabajo esencialmente nocturno. Pero aún con todo, hay que intentar conciliar nuestra vida laboral y nuestro bienestar presente y futuro, en la medida de lo posible. Para ello hay que poner especial énfasis en los pilares de la salud:
- Alimentación
- Actividad física
- Gestión del estrés
- Descanso
- Relaciones sociales y familiares
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