El tiempo, ese ente a caballo entre lo real y tangible y la interpretación subjetiva del mundo que nos rodea, puede jugar, hablando en términos de salud, a favor o en contra, dependiendo de nuestro enfoque vital.
El inexorable impacto del tiempo en la salud
El proceso de envejecimiento lo podemos abordar desde muchos puntos de vista diferentes. Obviamente, el que nuestro cuerpo envejezca externa e internamente es un hecho que no podemos cambiar, pero si la manera en la que se va revelando dicho proceso día a día.
Si somos de los que piensan que nada se puede hacer, que todo está escrito en los genes y que el camino hacia la vejez “es así”, seremos incapaces de poner nuestro granito de arena para intentar paliar las consecuencias del paso del tiempo para nuestro organismo.
Sin embargo, si nos adentramos en el maravilloso mundo de la fisiología del ser humano y hacemos nuestros los hallazgos relacionados con la investigación en envejecimiento, epigenética e incluso cáncer, tendremos a nuestro alcance diversas herramientas que pueden hacer que el implacable poder del tiempo en nuestro organismo, no sea tal, y podamos vivir en salud lo máximo posible.
¿Cómo utilizar el tiempo en favor de la salud?
Para entender qué podemos hacer para que nuestro día a día juegue a favor de nuestro futuro, debemos hablar de distintos conceptos como los que te presento a continuación.
Autofagia
De manera muy resumida, podemos decir que la autofagia es un proceso interno de reciclaje, en el que las células que ya no pueden cumplir correctamente su función, terminan modificando las partes de la misma que no son funcionales o desapareciendo por completo.
Es tan importante para nuestro organismo, que como explica perfectamente el experto en longevidad y cáncer Carlos López Otín, cuando una célula se transforma y en lugar de cumplir su proceso natural y morir o ser reciclada comienza a crecer de manera incontrolada, ya sea por una mutación genética o epigenética, esto da lugar al inicio de los procesos cancerosos.
Este fenómeno puede tener una raíz hereditaria o incluso aleatoria, pero probablemente el impacto del estilo de vida y el medio ambiente sean los factores de riesgo principales para estos procesos oncológicos derivados de los fallos en la autofagia.
Por otra parte, la autofagia se relaciona con otros dos de los conceptos esenciales para que el tiempo juegue a nuestro favor y que paso a exponer.
Horas de sueño y ayuno
Precisamente, la mayoría de los procesos orientados al reciclaje, “detoxificación”, regeneración, etc., de nuestro organismo, tienen su punto álgido durante las horas de sueño. Esto es lógico, sobre todo si pensamos en qué durante el día las exigencias de nuestra vida obligan al cuerpo a centrar los esfuerzos en otro tipo de actividades metabólicas, químicas, etc.
En este sentido, el ayuno también juega un papel importante. Sobre todo en el aspecto metabólico. Cuantas más horas demos a nuestro organismo para “limpiar”, mejor realizará su trabajo cuando lleguen los nutrientes, entre otros aspectos.
Por todo ello, permitir a nuestro organismo descansar adecuadamente tanto a nivel cerebral y físico, como gastrointestinal, fomentará el correcto funcionamiento del mismo, potenciando los procesos de limpieza y reciclaje internos.
Los relojes en hora
Como expuse en el artículo dedicado a los ritmos circadianos, muchos de los procesos de nuestro organismo, como los que te comentaba en el punto anterior, por ejemplo, ocurren con una periodicidad determinada y están controlados por unos “relojes” internos.
Ejemplos de ello serían la síntesis y secreción de melatonina y cortisol, vinculados a los ciclos de luz y oscuridad, o aquellos procesos que controlan aspectos celulares o del ADN, por citar algunos.
Es por ello que todo lo que esté encaminado a cuidar de esta sincronía, favorecerá también el correcto funcionamiento de nuestro organismo y, por tanto, nuestra salud.
Otros procesos para ganar tiempo al tiempo
Además de todo lo citado anteriormente, hay otras actividades en las cuales invertir tiempo hoy nos ayuda a luchar contra el paso del propio tiempo:
- La actividad física y la ganancia de masa muscular.
- La exposición al sol y síntesis asociada de vitamina D, que permite que nuestro sistema inmune cuide de nosotros.
- Aspectos relacionados con la nutrición:
- Aprender sobre etiquetado alimentario y elegir correctamente lo que compramos. Solo hay que hacerlo una vez y replicarlo en el futuro.
- Evitar o paliar el “no tengo tiempo para cocinar”. Algo hacemos mal si uno de los puntos más relevantes para nuestra salud lo relegamos a un segundo o tercer plano.
Estos son solo algunos de los muchos factores que podemos tener en cuenta a la hora de planificar nuestro enfoque vital.
Cuando el tiempo se convierte en un lastre a largo plazo
Al igual que hemos visto como nuestras elecciones pueden tener un efecto positivo para la salud sistémica a medio y largo plazo, estas también pueden añadir peso en el otro lado de la balanza.
Por ejemplo. Si disminuyo mis horas de sueño para ver series o películas, estaré haciendo un flaco favor a todos los procesos que indicaba anteriormente. Por tanto, seré más propenso a la oxidación interna del organismo y a sufrir una patología.
Si no invierto tiempo suficiente en cuidar mi salud hormonal y musculoesquelética, seré más propenso a procesos de sarcopenia y osteoporosis, irreversibles, además.
Si cometo excesos en el consumo de alcohol, tabaco, aditivos alimentarios, fármacos, etc., mis órganos depuradores como el hígado o el riñón estarán ocupados “limpiando ese desastre” en lugar de poder dedicar sus esfuerzos a otras tareas importantes para nuestra salud.
Y, finalmente, el mayor lastre para nuestra salud. Piensa que cuando estás enfermo, todo el tiempo juega en tu contra. Sea más o menos grave la enfermedad que te aqueje, probablemente hayas perdido la capacidad en esos momentos de invertir tiempo en cocinar o entrenar, e incluso comer, en muchas ocasiones.
Reflexiones finales
A nadie le gusta escuchar de boca de un tercero que se equivoca, que quizá debería cambiar ciertos hábitos o incluso su enfoque vital. Yo el primero.
Pero creo que al menos debemos tener la capacidad de pararnos a reflexionar si el sendero por el que transcurre nuestra vida nos está guiando hacia donde realmente queremos, tanto ser como sentir.
En este sentido, y como he dicho en otras ocasiones, creo que la posición que juega nuestra salud en el listado de prioridades es muy inferior a la que debería y es bastante habitual que solo nos demos cuenta cuando nos falta la misma. Y en muchos casos, desgraciadamente, ya no hay remedio.
Por todo ello te invito a que pienses en el tiempo. En tu tiempo. ¿Realmente está bien invertido? ¿Te permitirá vivir en salud a largo plazo?
Me despido hoy con una frase de José Mujica, ex presidente de Uruguay, la cual sin duda ejemplifica muchas de las características de nuestra vida en las sociedades desarrolladas: “Cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con plata (dinero), lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar”.