Mucho se ha fantaseado con la mejora de las capacidades humanas a través de la tecnología. Sin embargo, yo me he preguntado… ¿podríamos mejorar como especie añadiendo a nuestro hologenoma características microbianas intraespecie?
Analicemos este hecho.
El hologenoma y los microbiomas
En primer lugar no está de más recordar que el hologenoma es el conjunto de todos los genes de un organismo, incluyendo los de su microbioma (es decir, la comunidad de microorganismos que habitan en y sobre el organismo).
Además, un aspecto importante es que los distintos microbiomas pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de un organismo, en nuestro caso los seres humanos.
Partiendo de este punto, es interesante pensar que, en teoría, podría ser posible mejorar el hologenoma de un organismo incorporando microbiomas de otra especie, pero esto plantearía una serie de preguntas éticas y científicas importantes.
Además, es importante tener en cuenta que el microbioma de un organismo está formado por una gran variedad de microorganismos que interactúan entre sí y con el organismo que los hospeda de maneras complejas, las cuales desconocemos en su mayoría.
Por lo tanto, cualquier intento de mejorar el hologenoma incorporando microbiomas de otra especie podría ser muy complejo y requeriría una gran cantidad de investigación y análisis antes de poder llevarse a cabo de manera segura y efectiva. Es decir, de ser posible, estamos muy muy muy lejos.
Aunque…, quizá ya lo estemos haciendo inconscientemente. ¿Cómo? Planteo aquí una cuestión.
¿Consumiendo especias estamos modificando nuestro hologenoma?
Imaginemos el tomillo, el romero, la manzanilla natural, el té… Lo más probable es que contengan microorganismos, como bacterias y hongos si su procedencia no es industrial, ya que las especias son productos naturales que se cultivan en el suelo y pueden estar expuestos a diferentes tipos de microorganismos durante su cultivo.
¿Las añadimos (en parte) a nuestro cuerpo cuando las ingerimos?
También puede ocurrir lo mismo con las setas salvajes, por ejemplo.
¿Y qué hay de las mascotas? ¿Nos afectan también sus microbiomas?
Sin duda, una gran cantidad de incógnitas irresolubles hoy en día, pero que nos pueden servir para reflexionar sobre el futuro de la especie humana.