En los últimos años hemos asistido a la llegada a nuestro entorno de distintos productos cuyas características principales hacen que estén vinculados entre sí, hablo de los nutracéuticos, los alimentos funcionales y los alimentos fortificados.
Sin embargo existe un gran problema, y es que la ciencia ni ha demostrado que las características buscadas se cumplan tal cual ni tampoco puede aportar siquiera definiciones de consenso claras sobre ellos.
Analicemos en profundidad este tema.
Nutracéuticos
A priori, los nutracéuticos son productos alimenticios que contienen ingredientes activos naturales, como vitaminas, minerales, hierbas, ácidos grasos y otros nutrientes, que se cree que proporcionan beneficios para la salud.
Estos productos se utilizan para prevenir enfermedades, mejorar la salud en general y tratar problemas de salud específicos.
A diferencia de los medicamentos, los nutracéuticos no se consideran productos farmacéuticos y no están regulados de la misma manera que los medicamentos. Sin embargo, algunos países tienen regulaciones específicas para los nutracéuticos, que pueden incluir requisitos de etiquetado y límites en la cantidad de ciertos ingredientes.
Tipos de nutracéuticos
Hay muchos tipos de nutracéuticos, que pueden ser utilizados para una variedad de propósitos. Algunos de los tipos más comunes de nutracéuticos incluyen:
- Vitaminas y minerales: Los suplementos vitamínicos y minerales son quizás los nutracéuticos más comunes.
- Ácidos grasos omega-3
- Probióticos
- Hierbas y extractos de plantas
- Antioxidantes
- Vitamina D
- Cúrcuma/curcumina
Posibles beneficios de los nutracéuticos
Algunos posibles beneficios de los nutracéuticos incluyen:
- Proporcionar nutrientes importantes como vitaminas o minerales.
- Mejorar la función inmunológica: aspecto vinculado a los probióticos y los antioxidantes.
- Reducir el riesgo de enfermedades crónicas: en este caso en el entorno de los ácidos grasos esenciales o los antioxidantes.
- Y un largo etcétera.
Pero lo relevante de todo es que se presuponen beneficios, pero no podemos poner todas nuestras esperanzas en este tipo de suplementos.
De ahí que nuestra alimentación y nuestro estilo de vida sean la base y este tipo de productos, como mucho, sólo deben ser coadyuvantes.
Alimentos funcionales
Los alimentos funcionales son aquellos que contienen componentes que pueden proporcionar beneficios para la salud más allá de la nutrición básica que ofrecen. Estos componentes pueden ser vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes, probióticos, prebióticos, ácidos grasos omega-3, entre otros.
¿Bastante parecido al concepto de nutracéutico, no?
La teoría indica también que los alimentos funcionales pueden ayudar a prevenir enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer y enfermedades neurodegenerativas, además de mejorar la salud del sistema digestivo, la salud ósea y la función cognitiva.
Y algunos ejemplos de alimentos funcionales serían el yogur probiótico, los alimentos fortificados con vitaminas y minerales, los alimentos enriquecidos con ácidos grasos omega-3, la soja, los arándanos, el ajo, las nueces, entre otros.
Y precisamente así, llegamos al tercero de los conceptos: los alimentos fortificados.
Alimentos fortificados
Los alimentos fortificados son aquellos que se han enriquecido con nutrientes que no estaban presentes originalmente en ellos o que se han añadido en cantidades mayores que las presentes naturalmente.
La fortificación de alimentos se lleva a cabo para aumentar la cantidad de nutrientes en la dieta de las personas y prevenir deficiencias nutricionales.
Los alimentos pueden ser fortificados con vitaminas, como la vitamina D en la leche, o con minerales, como el hierro en los cereales.
La fortificación también puede ser realizada con otros nutrientes como ácidos grasos omega-3, fibra y proteínas.
La falta de consistencia a nivel científico
Sin embargo y como comentaba al inicio, desgraciadamente la ciencia nos indica que existen inconsistencias y contradicciones generalizadas en las muchas definiciones publicadas de “nutracéuticos” y “alimentos funcionales”, lo que demuestra una gran incertidumbre sobre lo que realmente son.
Además, no existen definiciones acordadas internacionalmente de estos conceptos o de términos similares, como “alimentos saludables”
Asimismo, los supuestos beneficios aportados, sin un contexto adecuado, parecen conferir a estos productos propiedades extraordinarias cosa que, obviamente, es errónea.
Por todo ello, si bien este tipo de productos o suplementos pueden aportar ciertos beneficios en la teoría, es importante recalcar de nuevo que el estilo de vida y una alimentación tendrán un peso muchísimo mayor en nuestra salud.
Bibliografía
- Aronson JK. Defining ‘nutraceuticals’: neither nutritious nor pharmaceutical. Br J Clin Pharmacol. 2017 Jan;83(1):8-19. doi: 10.1111/bcp.12935. Epub 2016 Apr 25. PMID: 26991455; PMCID: PMC5338166.