Origen de la hidratofobia
Aunque no existe un trastorno de ansiedad específico conocido como «fobia a los hidratos de carbono» en los últimos años en nuestra sociedad se está generando un miedo excesivo o una aversión a ciertos alimentos que contienen hidratos de carbono, como el pan, la pasta o el arroz, y esto es un error.
No es coincidencia, por tanto, que enfoques dietéticos como la dieta cetogénica hayan ganado una gran cantidad de adeptos en los últimos tiempos.
Los hidratos de carbono y sus funciones
Para entender el potencial del hidrato como macronutriente, podemos destacar las principales funciones de los hidratos, encontramos:
- Fuente de energía: Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía del cuerpo. Cuando se consumen, se convierten en glucosa y se almacenan en el hígado y los músculos en forma de glucógeno. Cuando el cuerpo necesita energía, la glucosa se libera para su uso.
- Mantenimiento del metabolismo: Los hidratos de carbono son esenciales para el metabolismo correcto del cuerpo. Ayudan a mantener los niveles adecuados de glucosa en sangre y a regular los procesos metabólicos, como la síntesis de proteínas y la producción de hormonas.
- Función cerebral: La glucosa es la principal fuente de energía para el cerebro, por lo que es importante consumir hidratos de carbono suficientes para mantener un buen rendimiento cerebral.
- Salud gastrointestinal: La fibra dietética, un tipo de hidrato de carbono complejo, es esencial para la salud del sistema gastrointestinal. Ayuda a mantener el tránsito intestinal regular y a prevenir el estreñimiento.
- Prevención de enfermedades: Consumir hidratos de carbono de alta calidad, como frutas, verduras y granos integrales, puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón.
Por todo ello, pensar en los hidratos de carbono como enemigos y culpables de malos resultados de salud es erróneo, aunque como en casi todo hay muchos matices que se pueden abordar.
En cualquier caso, la correcta elección de los mismos será aspecto fundamental. No es equiparable una galleta como fuente de hidrato a un boniato, frutas o verduras.
Sea como fuere, el motivo de crear este texto es que hay que romper con esa línea imperante en la actualidad de demonización de los hidratos de carbono.