A lo largo de las últimas décadas, distintos nutrientes y alimentos han sido demonizados injustificada o erróneamente.
Las grasas son ejemplo de ello.
Vitales para el organismo, durante años la industria a través de los productos light ha luchado por apartarlas de nuestra vida, en un error conceptual enorme.
Hablemos, por tanto, de la incongruencia de la fobia a las grasas propiciada por la industria de la alimentación y del papel tan relevante que juegan las que SÍ son saludables, para nuestra salud.
Fobia a las grasas o grasofobia
Lo que entendemos como fobia a las grasas o grasofobia en la dieta es una aversión exagerada o irracional a consumirlas en el día a día.
Esto puede ser causado por una serie de factores, incluyendo preocupaciones sobre el peso o la salud, miedo a aumentar el colesterol o a desarrollar enfermedades cardíacas, o simplemente porque se cree que las grasas son «malas» en general.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las grasas son un componente esencial de una dieta saludable y equilibrada. Veamos a qué me refiero.
Funciones principales de las grasas en la salud
Las grasas juegan un papel importante en la salud y el bienestar del cuerpo humano. Algunas de sus funciones principales son:
- Proporcionar energía: Las grasas proporcionan energía al cuerpo, especialmente durante el ejercicio o actividad física intensa.
- Ayudar a absorber vitaminas y minerales: Algunas vitaminas y minerales, como las vitaminas A, D, E y K, solo se pueden absorber adecuadamente cuando se consumen junto con grasas.
- Proporcionar estructura y protección: Las grasas proporcionan estructura y protección a las células del cuerpo, especialmente a las del sistema nervioso.
- Mejorar la salud del corazón: Algunas grasas, como las grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, pueden tener beneficios para la salud del corazón al reducir el colesterol y el riesgo de enfermedad cardíaca.
- Ayudar a controlar el peso: Aunque las grasas proporcionan energía y son altas en calorías, pueden ayudar a controlar el peso al promover la sensación de saciedad y evitar la ingesta excesiva de alimentos.
Fuentes de grasas saludables
No obstante, todas las grasas no son iguales. Por ello buscaremos las fuentes de grasa que sí son saludables, como por ejemplo:
- Aceite de oliva: el aceite de oliva es rico en ácidos grasos monoinsaturados, que pueden ayudar a reducir el colesterol y proteger contra enfermedades del corazón. También es una excelente fuente de antioxidantes.
- Aguacate: rico en grasas monoinsaturadas, contiene una gran cantidad de antioxidantes, incluyendo vitamina E y vitamina C, fibra, potasio y vitamina K.
- Nueces y semillas: las nueces, almendras o las semillas de lino y chía son ricas en ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados, así como en fibra y otros nutrientes importantes.
- Pescado azul: muchos tipos de pescado, como el salmón, el atún y el arenque, son ricos en ácidos grasos omega-3, que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades del corazón y tienen otros beneficios para la salud.
Asimismo, es tan importante consumir grasas saludables como evitar en la medida de lo posible aquellas que no lo son. Un ejemplo: las grasas trans.
¿Por qué las famosas grasas trans son malas para la salud?
Las grasas trans son grasas hidrogenadas, es decir, grasas que se han modificado químicamente para aumentar su punto de humeo y hacerlas más estables a la hora de cocinar.
Estas grasas se encuentran a menudo en alimentos procesados, como galletas, pasteles y alimentos fritos, y tienen un efecto negativo en la salud.
Una de las principales razones por las que las grasas trans son malas para la salud es que pueden aumentar el colesterol LDL, también conocido como colesterol «malo», y disminuir el colesterol HDL, también conocido como colesterol «bueno». Esto puede aumentar el riesgo de enfermedades del corazón y derrames cerebrales.
Además, algunos estudios también sugieren que las grasas trans pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad. Por lo tanto, es importante limitar el consumo de grasas trans y elegir grasas saludables.
En resumen, hay que romper con la grasofobia
Temer a las grasas o tener grasofobia, además de un error, puede provocar graves problemas de salud dada la importancia que tienen para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Por todo lo dicho, grasas SÍ, de fuentes saludables y en cantidades adecuadas.
Bibliografía
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